viernes, 24 de diciembre de 2010
MENDIGA NAVIDAD
viernes, 10 de diciembre de 2010
jueves, 2 de septiembre de 2010
Novata de turno
lunes, 30 de agosto de 2010
Antichrist
jueves, 26 de agosto de 2010
hace diez años
al otro lado del Atlántico
miércoles, 18 de agosto de 2010
La fuerza de la materia
jueves, 17 de junio de 2010
AMOR DE MADRE
Madres.
Madre.
Madre no hay más que una. Qué sensación tan loca debe ser la de ser madre. Qué cosa tan curiosa y maravillosa.
Mi madre, que me llama por teléfono un día cualquiera entre semana tratando de testar mi voz una vez más tras un par de intentos fallidos sin demasiado éxito en los que encontraba al otro lado del hilo a una voz gris con mal genio. La mía.
Madres…
Madres que entienden a sus hijos y tienen paciencia. Tienen toda la paciencia del mundo.
¿Algún día podré reunir delante mío tantos regalos como ella me ha dado y ofrecérselos a modo de gratitud?
Nunca. Son demasiados.
Son demasiados y demasiado grandes. Demasiado generosos.
La grande de mi madre. Esa mujer que admiro tanto (tanto… si ella supiera cuánto…), me llama desde Madrid en uno de sus viajes de negocios (esta vez por lo visto exitoso), y me doy cuenta una vez más de cuánto nos parecemos. De lo mucho que he aprendido de ella y de lo mucho que he seguido sus pasos pese a haberme empeñado en contrariarlos.
Y me llama para ver cómo estoy, porque estamos las dos solas en ciudades perdidas, las dos solas persiguiendo nuestros sueños, o luchando como mínimo por el resto de aquéllos. Y me dice que hoy le ha ido bien la cosa y que me ha comprado un monedero de color rojo (porque ella sabe que el mío está roto y que yo, en los dos meses en que no nos hemos visto y desde que ella apreció el detalle, evidentemente, no me he comprado otro).
Y ella me lo compra, aunque sabe que de pronto yo lo veré y no me gustará nada y le diré que no lo quiero. Pero ella me lo compra.
Y seguimos hablando comentando nuestras cosas. Y nos despedimos y me dice que no sé lo feliz que está de oírme tan feliz.
Porque ella me conoce. Y sabe que cada día no soy feliz.
Conoce mi voz y mi carácter; conoce mis evasivas y mi mal humor; conoce mi miedo y mi perdición.
Me conoce.
Desde el mismísimo día en que nací.
Desde mucho antes de nacer.
Mi madre. Qué increíble ser…
Y yo, desde el egoísmo del rol del hijo, que tan solo piensa en sí mismo, y en su vida, y en sus propias ocupaciones, me vuelvo a enternecer una vez más. Y vuelvo a sonreír por dentro y por fuera por saber que hay cosas tan bellas que siguen existiendo; y que me queda tanto por aprender; y que no tengo miedo en seguir aprendiendo de lo bueno por muchos golpes que me dé lo malo; y que me siento feliz de tener alguien cerca que me siga enseñando durante ese camino. Y que honro a esa figura de madre, igual que a la de mi padre, igual que a la de mi hermano y a la de todos aquellos que aman.
Amar… porque amar se ama con el corazón lleno y abundante, repleto de ganas de ofrecer sin acuso de recibo; y querer se quiere a cobro revertido y con el único deseo de la ampliación de los propios fondos.
Así que gracias madre una vez más, por recordarme lo que es amar, por trasmitírmelo una vez más de un modo tan humilde y sencillo, tan puro y verdadero, tan sincero.
Esa es la educación que no nos enseñan los libros, pese a ser, sin embargo, la más importante para el ser.
Esa es la educación que no encontramos cada día por las aceras, pese a necesitarla a cada paso que damos. La educación del amor y del amar.
Suerte que las madres siguen existiendo y siguen repartiendo amor a diestro y siniestro.
Suerte de ellas y de su naturaleza sabía que nos sigue enseñando.
Amor de madre…Amor que ama.
Amor.
viernes, 21 de mayo de 2010
buika
domingo, 16 de mayo de 2010
driving my car
jueves, 13 de mayo de 2010
miércoles, 12 de mayo de 2010
martes, 27 de abril de 2010
Barcelona. Día 3, empiezan los nervios. Será por algo que no vivo aquí, siempre acabo entendiéndolo y recordándolo nuevamente.
Los chillidos familiares, la fauna popular en todo su esplendor y con todas sus deformidades, la ciudad urbanita que quiere ser bonita, la gente feliz y a los que todos siempre les va bien porque se venden a cualquier precio.
Día 3: empiezan los nervios. Acabo de volver a casa y son las 21:40 horas, y vengo de mala leche. Me he dado cuenta. Vengo de mala leche. Y ese es el inicio de los malos pensamientos. Así que hoy día 3 del último día que veo a mi novio porque de golpe y porrazo éste se va a vivir a Brasil, y después de toda la filosofía que le he hechado estos días al personal sobre el cambio, y ahora me empieza la tontería. La tontería viene porque siento que no pertenezco a todo esto y porque el mundo me agobia; y de pronto siento que esa tontería que es una santa tontería y que no me la creo ni yo. Menuda mierda. Todo esto lo hace el aburrimiento te lo digo.
En fin, que hoy Barcelona me ha puesto de mala hostia, y que yo ya no estoy acostumbrada a estos trotes. Mañana le daré otra oportunidad. No sé por qué me gusta tanto meterme en la boca del lobo...